En un artículo anterior sobre la medición de la huella de CO2, compartíamos una lista de las principales operaciones que frenan la productividad en una empresa de transporte, y mencionábamos que mejorar esas operaciones, suponía reforzar una forma estable de crecimiento, de forma ordenada y rentable.

La lista de las operaciones más importantes que detallamos en su momento, y las que debemos de mejorar son las siguientes:

  • Los tiempos de espera
  • La disponibilidad y el tiempo de conducción
  • Edad y tamaño de la flota
  • Precios bajos
  • La asimetría en los flujos de mercancía
  • Las distancias en vacío
  • La baja digitalización
  • La burocracia excesiva
  • Las capas de subcontratación
  • El tamaño de las empresas
  • La escasa cultura colaborativa entre transportistas
  • Poco entusiasmo por la innovación (se presume mucho pero se hace poco)

Queremos compartir contigo como afrontar cada una de estas operaciones, y que acciones propician una mejora de la productividad en cada caso:

Los tiempos de espera

Incluso para alguien no familiarizado con la terminología que se usa en nuestro sector, es fácil identificar el concepto tiempo de espera: el tiempo transcurrido entre la llegada de un camión al lugar de carga o descarga y su salida. Desde hace tiempo la normativa reconoce al transportista un derecho de indemnización a partir de un tiempo transcurrido.

Es fácil concluir que el tiempo de espera en la carga o descarga no añade valor al proceso, por tanto, únicamente añade coste. Que el cargador asuma que tiene que abonar esas horas solo resuelve una parte mas visible del problema.

La unidad productiva es el camión y está diseñado para rodar, no para estar parado. Cuantos más kilómetros recorre cargado mas productivo resulta, por tanto, es más competitivo y su propuesta de valor aumenta, lo que capacita al transportista para poder proporcionar un mejor precio a su Cliente.

Para mejorar este punto, es preciso primero un nivel alto de colaboración entre cargador/cliente y empresa de transporte. La mitad de las operaciones de carga o descarga deben de ser reprogramadas tanto porque el cargador tiene imprevistos, como el transportista tiene elementos que le ralentiza como el tráfico, la meteorología o las obras.

La tecnología sin duda ayudará, los cargadores deberán de apoyarse en softwares que permitan gestionar los slots (ventanas horarias de carga y descarga asignada a muelles). Y por otro lado, la empresa de transporte debería de ofrecer una visibilidad y geolocalización 360º de cada camión, tal y como hacemos en OkCargo, de forma que el cargador puede trabajar con su gestor de slots, basculando esfuerzos, personal y maquinaria, que evite los tiempos de espera.

Los tiempos de conducción, disponibilidad y descanso

La gestión poco eficiente de estos tres conceptos es también un factor que incide de manera importante en la productividad.

En numerosas ocasiones ocurre que el cálculo incorrecto de los tiempos de conducción impide el aprovechamiento de la jornada de conducción. A veces es algo que al conductor le viene dado por condiciones ajenas, como son los tiempos de espera en la carga o descarga, densidad de tráfico u obras en las carreteras. En otras ocasiones se produce por falta de pericia por parte del conductor o su responsable de tráfico en el cálculo.

El resultado es que los problemas se van arrastrando a lo largo de la semana tratando de compensarlo erróneamente, con los tiempos de disponibilidad y llevando al límite el descanso del conductor. Esto incrementa el estrés del conductor, por una parte, porque compromete su seguridad y la del resto, y por otro lado se le achica el espacio para llegar a casa de cara al fin de semana.

De nuevo la solución no está solo en la parte del transportista. En la inmensa mayoría de los casos el problema nace de la ineficiencia que se produce en los tiempos de espera. Por eso es tan importante trabajar con ventanas horarias y que todas las partes se comprometan a cumplirlas. El ahorro que producirá no será inmediato, pero sí tendrá gran importancia en el medio y largo plazo. Planificar de antemano la ruta y los tiempos permite el aprovechamiento máximo de los recursos, facilita que el conductor mejore su desempeño y conciliación, aumenta la productividad y hace al transportista más competitivo tanto para su cliente interno como externo.

Tenemos que recordar que el tiempo de conducción para un conductor profesional son 90 horas cada dos semanas y el tiempo de disponibilidad es de 20 horas a la semana. Toda la productividad y mejora respetando al conductor y cuidando su bienestar está contenida ahí. Como venimos sosteniendo esto es responsabilidad común de todas las partes que componen la cadena de valor del transporte.

Como hemos indicado en el caso de los tiempos de espera, para la correcta gestión de los tiempos de conducción, será preciso trabajar con herramientas de gestión de flota y planificadores, tal y como hacemos en OkCargo. Si además a esta ecuación, le sumamos un modelo de predicción de la demanda con Inteligencia Artificial, estaríamos modelando la planificación futura de nuestra flota, pudiendo utilizar nuestros recursos de la forma más eficiente.

Edad y Tamaño de la flota

Una flota envejecida penaliza la productividad de manera determinante y desgraciadamente en España nuestro parque de camiones está ligeramente por debajo de la media en la UE situada en 14,4 años, muy lejos de otros países como Austria (6,6) o Dinamarca (7,5).

A nivel productivo, actualmente la diferencia entre un camión nuevo y otro con cinco o seis años es radical. Aquí la tecnología ha jugado un papel determinante en la reducción de consumo de combustible y el nivel de emisiones.

Si la flota de vehículos de una empresa de transporte no ha sido razonablemente renovada mas vale buscar el modo de ponerse manos a la obra cuanto antes. No solo se va a enfrentar a problemas propios de la edad del camión, averías, mantenimiento, etc…, también al desfase competitivo respecto al consumo de combustible. Una diferencia de 3 litros cada 100 km entre un camión y otro supone un ahorro de unos 3.600 litros al año. Un modelo nuevo pasa muy poco tiempo en el tiempo en el taller con el coste que ello supone. Hay que añadir también la comodidad del conductor que en la mayoría de las ocasiones es determinante para tener una plantilla estable.

Si multiplicamos por el tamaño de la flota la diferencia es importante. Elegir una política de renovación equilibrada es determinante para mejorar la productividad.