Hay en la UE una notable preocupación por la escasez de conductores y la falta de un relevo generacional. Si intentamos ver las causas con la suficiente perspectiva, no debería extrañarnos tanto la razón por la que la profesión de conductor no despierta entusiasmo. Si invertimos tiempo en hablar con ellos, podemos deducir cosas interesantes.

La inversión inicial

Hoy día, obtener el permiso para conducir un tráiler tiene un coste inasumible para muchas personas que podrían sentirse motivadas a dar el paso. Si a ello le unimos que se necesitan mínimo 140 horas de formación adicional para la obtención del CAP (algo absolutamente imprescindible para la seguridad de todos), puede llegar a desmotivar a perfiles que podrían encajar. Y en este punto hay que aplaudir la iniciativa de algunas empresas, transportistas principalmente, que trabajan promoviendo y financiando el acceso a la profesión.

Dificultad de conciliación personal y profesional

Este es uno de los mayores problemas limitantes. Tener que salir de casa el domingo y volver, con suerte el viernes siguiente si tu ruta es dentro de la península, porque si es internacional probablemente no vuelvas en dos semanas, ciertamente desmotiva. Los conductores veteranos que están más acostumbrados y han hecho de la profesión su forma de vida lo tienen más asumido, pero también muchos de ellos quieren estar más cerca de casa y piden rutas cortas. Para estos casos el relevo tiene muchas dificultades.

Poca seguridad en las áreas de descanso

Los robos de mercancía en las áreas de descanso nunca han sido tan preocupantes como en estos tiempos. Y además hay que añadirle los robos de combustible que se han multiplicado exponencialmente comprometiendo la seguridad de los conductores.

Bajo reconocimiento de su desempeño

Esto es muy interesante porque afecta de manera transversal a todo el proceso. Desde que cierran la puerta y salen cargados hasta que llegan a destino, la mayoría de vehículos y camiones están monitorizados y se les exige el cumplimiento de los plazos de entrega (por supuesto dentro de la norma), sin embargo, los plazos de espera para carga o descarga parece que no computan en los mismos términos. Estas ineficiencias se van arrastrando de viaje en viaje e influyen en el ánimo del conductor que ve como su conciliación semanal se siente cada vez más afectada.

Condiciones económicas

Además de lo anterior, los salarios han ido mermando con los años. Los que llevan muchos años en el oficio tienen instalada en su memoria salarios de los años 2000-2008 muy por encima de los actuales. Cierto es que la coyuntura económica de esos días poco se parece a la actual y aquella situación desembocó en la brutal crisis que sufrimos y nos llevó a la sequía económica que también muchos recordamos.

Respecto a la parte variable de su salario son conscientes de que la empresa debe retribuir en función de indicadores de desempeño a más largo plazo. Todos aquellos que tienen que ver con el cuidado y mantenimiento del vehículo, conducción eficiente, y reducción de emisiones tendrían que ser reconocidos individualmente.

Debemos ser conscientes que es una responsabilidad que nos compete a todos los actores que participamos en el proceso: cargadores, operadores, transportistas, destinatarios y la propia administración debemos trabajar de manera coordinada facilitando las condiciones para atraer talento al sector.